México, un entonces fotográfico.
Imágenes de la fototeca nacional
El pasado viernes 15 de agosto del 2008 en Casa Rosalva, Foro permanente de las Artes , se presentó una colección de diversas fotografías del centro histórico de
Con el apoyo del Consejo Nacional para
La fotografía posee una nitidez del revelado en la técnica de gelatina/plata que irradian melancolía en zonas emblemáticas del corazón de la ciudad, desde la construcción del monumento a la revolución, la nostalgia en blanco y negro y escala de grises de
Las imágenes de estas fotografías poseen un gran valor estético, más aún los que tenemos la oportunidad de haber caminado sus calles, respirar su ambiente, ser testigos urbanos de miles de esbozos de historias humanas, de los que hemos lidiado con el tráfico, con la monstruosidad.
Las huellas y las cicatrices quedaron aprisionadas y congelada la inexorabilidad del tiempo en papeles rectangulares que más allá de contener cemento, asfalto, publicidad, estructuras, diseño urbano, empalme de lo colonial y lo moderno son los documentos fidedignos entre la nostalgia, la evolución y el progreso.
Reflexivo para un público de una Ciudad joven como Cajeme con apenas más de ochenta años, pues la transformación es una constante de una ciudad próspera y en crecimiento, lo importante es basarla en la funcionalidad sostenible y que mantenga la armonía entre el pasado el presente y el futuro.
Las grandes urbes nos dan lecciones de lo que queremos lograr y lo que no deseamos en nuestro entorno.
Como parte del programa de inauguración, en el patio posterior de Casa Rosalva pudimos disfrutar de la música que se escuchaba en los tiempos correspondientes del México de entonces como “Amorcito corazón, Negra consentida, Farolito”, entre otras interpretados por los músicos ya conocidos en nuestra ciudad Tirso y Paty. El, excelente guitarrista, con un amplio sentido musical y ejecución limpia, ella con una voz afinada de matices amplios, juegos tonales y con un timbre peculiar, su tesitura roza los agudos constantemente. No obstante las interpretaciones de la guitarra y de voces se hicieron acompañar por una caja de ritmos que al principio era difícil acostumbrar el oído con el sintetizador en el tipo de canciones, después de acostumbrado fue cansado, creo que pudieron no haberlo utilizado en algunas piezas, pues la melancolía de guitarra y voz hubiera sido un buen recurso a utilizar.
Para acompañarlos estuvo el grupo representativo del Instituto Tecnológico de Sonora de danza jazz “Azos” bajo la dirección de Cristina Inclán. Azos tuvo tres intervenciones, la primera fue discreta con una pareja y un dúo de mujeres, la interpretación fue más ambiental que de desarrollo coreográfico, sobria que apoyaba la interpretación de los músico y breve. En la segunda 5 intérpretes femeninas, el espacio quedaba chico , pues albergaba también a los músicos y la interpretación se vio un poco mermada por las preocupaciones. La tercera creció el gusto, se aprovechó el espacio por dos intérpretes a la vez y la libertad del espacio fue tomado para que Azos bailara más cómodamente, fluido con un vestuario sobrio e hicieron una disertación de su danza..
Así pasó esa noche, entre documentos fotográficos cargado de sentido estético, con música de los años de la nostalgia y danza jazz.
Cajeme se sigue enorgulleciendo de las actividades de Casa Rosalva, que ha albergado a los máximos representantes de